Nuestra misión es alfabetizar a mujeres indígenas y sembrar la semilla de un mejor futuro para ellas y sus hijos. Buscamos que a través de la educación y su trabajo obtengan las herramientas para hacer posible sus sueños.
Somos una asociación civil que busca apoyar el desarrollo personal a través de un modelo educativo enfocado en la alfabetización de las mujeres.
Actualmente trabajamos con un equipo de 20 mujeres expertas en diferentes tipos de tejidos.
La primera escuela se encuentra en Los Altos de Chiapas, en la comunidad de San Andrés Larráinzar.
Hilando Sueños es una asociación que inicia desde el 2016 como resultado de otro proyecto. Un hotel en la Riviera Maya había hecho un pedido de 100 cojines tejidos y para asegurarnos de la calidad decidimos ir a Chiapas para trabajar directamente con las tejedoras de la región. Fue muy complicado ponernos en contacto con ellas, pero después de varios intentos y la buena disposición de muchas personas, llegamos a una pequeña comunidad llamada San Andrés Larráinzar en Los Altos de Chiapas. Nuestra primera tejedora fue Faustina, con la ayuda de su familia, poco a poco logramos organizar un primer equipo de trabajo.
A pesar del poco tiempo que teníamos se logró entregar el pedido a tiempo, al ver el gran resultado del esfuerzo y la calidad del trabajo decidimos proponer mas cojines a diferentes hoteles. Fue la belleza de los tejidos y el compromiso de las primeras tejedoras lo que hizo posible un segundo pedido pero esta vez de cuatro mil cojines.
Un pedido de este tamaño requería mayor esfuerzo, coordinación y logística. Con mucho trabajo logramos involucrar a muchas mas familias, ahora no solo participan las mujeres tejedoras, conseguimos proveedores de hilos e implementamos sistemas de moldes. Conseguimos a traductores para poder comunicarnos en Tzotzil con la gente y lograr organizarnos. Durante ocho meses trabajaron mas de 200 personas para lograr entregar los cojines y textiles a tiempo y con la mejor calidad.
Fue después de este proyecto que decidimos acercarnos más a la comunidad y buscar una manera de beneficiarlos por el trabajo realizado, platicamos con ellas y nos sorprendió que al consultarlas nos respondieran que querían aprender a hablar español. Y de ahí comienzan los esfuerzos por construir la primer ludoteca. En esto participaron muchos voluntarios, se recibieron pequeñas y grandes donaciones, poco a poco conseguimos un local, material y una maestra.
Al día de hoy tenemos 20 alumnas formales y muchos niños. Con la colaboración del INEA, hemos logrado que 6 de ellas estén inscritas en primaria y secundaria y que todas hablen español en diferentes niveles. Lo más importante es que han tenido trabajo constante desde el 2016 al día de hoy, esto a la par de una educación, les ha abierto las puertas a mejores oportunidades y ha beneficiado a la comunidad entera.
Micaela
Lucía
Pascuala
Cristina
Laura
Micaela
Manuela
Faustina
Angelina